Una mujer en la guerra

Una mujer en la guerra

02-03-2016

La de Sofía Casanova (La Coruña, 1861 – Poznan, Polonia, 1958) es una de esas vidas de película que cuesta creer. Nacida en una familia muy modesta, escribe poesía desde muy joven y a los quince años publica sus primeros poemas en El Faro de Vigo. Ramón de Campoamor la descubre y la introduce en las tertulias literarias de la época y aceptada en los círculos de la Casa Real. Es el propio rey Alfonso XII quien sufraga la edición de su primer poemario. Tras casarse con el filósofo polaco Wicenty Lutoslawsky viaja por Europa, aprende idiomas y observa las nuevas corrientes de pensamiento. Colabora con El Liberal con columnas que hablan de la vida en los países que visita desde el punto de vista de una mujer.

La Primera Guerra Mundial la sorprende en Polonia. Torcuato Luca de Tena le propone convertirse en corresponsal de ABC en Europa Oriental -como hiciera Carmen de Burgos, Colombine,  en la Guerra de Marruecos para El Heraldo de Madrid-. Sus reportajes y crónicas detalladas sobre la contienda eran portada del periódico, para el que llegó a escribir más de 800 artículos.

Huyendo de la guerra se refugió en San Petersburgo, donde viviría la Revolución rusa. Casi ciega tras verse envuelta en una reyerta callejera, siguió escribiendo con mucha dificultad, poniendo el papel muy cerca de los ojos, apoyado en una tablilla de madera sujeta a pulso con la mano izquierda. Aun así, no dejó de enviar reportajes -sorteando una censura férrea- que contaban la hambruna y la miseria de la población, la muerte de Rasputín o la lucha entre los partidarios de Lenin y de Trosky, a quien llegó a entrevistar.

Aunque visitó España en varias ocasiones, Sofía Casanova vivió el resto de su vida en Polonia, donde vivían sus hijas. Allí pasó la Segunda Guerra Mundial y sus crónicas, que habían atacado ferozmente el comunismo, tampoco fueron complacientes con el nazismo; alertaban sobre las simpatías que despertaban los alemanes, lo que le hizo perder el favor del ABC.

Poeta, dramaturga (Galdós estrenó su obra La madeja), periodista, traductora al español del Nobel polaco Sienkiewicz… Sofía Casanova vivió cuatro guerras. Fue testigo de excepción de la historia del siglo XX. Cuesta trabajo creer que esta mujer valiente y arriesgada haya pasado desapercibida, como tantas otras. Es una suerte que Inés Martín Rodrigo (Madrid, 1983) haya recuperado su figura en Azules son las horas (Espasa), unas estupendas memorias noveladas de esta mujer pionera.

 

Este artículo apareció publicado el jueves 2 de marzo de 2016 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF.

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