Luisa Carnés

Luisa Carnés

23-06-2016

Las mujeres de la Generación del 27 han sido invisibilizadas por la Historia. Aunque proyectos como Las Sinsombrero están recuperando algunos nombres –Concha Méndez, Mª Teresa León, Maruja Mallo…-, otros siguen en el olvido. Luisa Carnés es la olvidada de las olvidadas.

Luisa Carnés nació en 1905 en el barrio madrileño de Las Musas. En cuanto cumplió once años -edad legal para trabajar- tuvo que dejar la escuela para ayudar a su familia. Mientras trabajaba como aprendiza en un taller de sombreros, la lectura era su forma de escapar de la realidad; devoraba los folletines que salían en la prensa y los clásicos rusos que sacaba de la biblioteca popular de Chamberí.

Gran observadora de lo cotidiano, pronto empezó a escribir relatos que narraban la vida de las mujeres trabajadoras en la España de la época, de la explotación y los abusos (de todo tipo) que sufrían y de las desigualdades entre clases sociales. Lo hizo siempre con Madrid como escenario, una ciudad retratada como hambrienta y miserable para los pobres pero llena de esplendor para los ricos. Gracias a que encontró un trabajo como mecanógrafa en la CIAP, importante grupo editorial de la época, pudo dar a conocer sus manuscritos. Publicó su primer libro —'Peregrinos de Calvario'- en 1928 en la editorial Babel, dirigida por el zaragozano José García Mercadal. Elogiada por Cansinos Assens y «a medio camino entre Rosa Chacel y Concha Espina» según Giménez Caballero, la escritora que «salía del taller y no de la universidad» sorprendió a todos. Hasta 1936 colaboró en prensa –fue redactora del semanario Estampa- y publicó dos novelas más, Natacha (1930) y Tea Rooms (1934), ambas con una gran carga de denuncia social.

Gracias a su relación con el artista Ramón Puyol, Luisa Carnés conoció a otros artistas e intelectuales. Al estallar la Guerra Civil, colaboró con el Partido Comunista y su aparato de propaganda; fue miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. En 1939 huyó a Francia, donde pasó por un campo de internamiento del que salió gracias a la intervención de Margarita Nelken. Viajó a México en el mismo barco que José Bergamín y Emilio Prados. Cuando entendió que ese viaje no tenía retorno, vivió una catarsis que narró en El eslabón perdido (Renacimiento, 2002). En México trabajó como periodista -firmaba como Clarita Montes-, colaboró con la prensa del exilio y escribió más de una docena de obras, muchas de las cuales quedaron inéditas. Luisa Carnés murió joven, a los 59 años, en un accidente de coche.

La editorial gijonesa Hoja de Lata ha rescatado Tea Rooms (mujeres obreras), donde Luisa Carnés narra su experiencia tras el mostrador de un salón de té de la Puerta del Sol. La novela retrata la vida de esas muchachas que aguantaban mil y una humillaciones porque necesitaban las tres pesetas diarias de jornal, que tenían que elegir entre gastar sus últimos céntimos en comer y caminar durante horas o en coger el tranvía para volver a casa con el estómago vacío, chicas que no tenían para zapatos pero tenían esperanza. Una novela necesaria para no olvidar de dónde venimos.

 

TEA ROOMS. MUJERES OBRERAS
CARNÉS CABALLERO, LUISA
Editorial: HOJA DE LATA
Año de edición: 2016
Páginas: 254

 

Una versión reducida de este artículo apareció publicada el jueves 23 de junio de 2016 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF.

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